Las despedidas siempre dejan un sabor de boca, que acostumbra a depender de las situaciones y las personas que participan en ellas. Hoy es el último día que trabajo aquí después de unos cuantos años. Esta despedida me dispara retazos de historias e imágenes que me dejan diferentes sensaciones. Y como este es un blog de cocina, el sabor que me deja todo esto lo podríamos definir como dulce y amargo, quizás amargo por fuera y dulce por dentro. Por eso la fiambrera de hoy, que también es una buena idea para un cumpleaños o un porqueyolovalgo, consiste en fruta cubierta de chocolate negro. En este caso cerezas, bien lavadas, que se sumergen en chocolate fondant. El chocolate se funde en el microondas o al baño maría (en el micro es importante que sea a potencia muy baja para que no se queme y amargue) y se sumerge la fruta una por una. Yo las coloqué en papeles pequeños de magdalena pero le hubiera ido mejor el tamaño bombón, porque las he tenido que poner de dos en dos. Cuando se tienen unas cuantas hechas, se van metiendo durante unos minutos al congelador en algo plano para que solidifique. Y de ahí a la nevera. Aunque no siempre es así, en este caso las cerezas eran muy dulces ;)
Y ahora qué? Tendrá mi nuevo trabajo una zona para fiambreras?? No se pierdan el próximo capítulo de "Lídia en la gran ciudad: en busca de la fiambrera perdida".
Recomendación de hoy : Ting Tings con Great DJ
And the drums, Ah ah ah ah, ah, ah, ah (gracias Pioner!)